A veces, cuando recibimos un encargo para realizar la limpieza de fosas sépticas en Huesca ocurre que al llegar al lugar donde tenemos que trabajar, nos encontramos que, en vez de una fosa séptica, tenemos un pozo negro. Y aunque se trata de elementos que tiene características comunes, realmente son muy diferentes. Son dos formas distintas de eliminar las aguas residuales de uso doméstico.

Un pozo negro o pozo ciego es un agujero en la tierra al que van a parar las aguas residuales de la vivienda o del edificio. En ocasiones las paredes son de ladrillo, en otras, se ha aprovechado una oquedad entre piedras. Pero el suelo suele ser de tierra por donde se irá filtrando el agua, quedando los residuos almacenados hasta que es vaciado.

En la fosa séptica, sin embargo, las aguas antes de volver a la tierra se someten a un tratamiento que elimina la mayor parte de los componentes orgánicos pasando a ser mucho más segura para el medio ambiente. En el depósito quedan almacenados los cienos y, antes de que alcancen el máximo nivel conviene ponerse en contacto con especialistas en la limpieza de fosas sépticas en Huesca para proceder a su vaciado.

Si la fosa está bien construida, en un uso considerado normal, no será necesario vaciarla más que cada dos o tres años, tengamos en cuenta que el funcionamiento de una fosa séptica es más efectivo cuanto más tiempo permanezcan las aguas usadas en ella, por lo que suelen hacerse del mayor tamaño posible. Si tienes dudas sobre la capacidad de tu fosa, o piensas que ya debe estar a punto de alcanzar el límite de su capacidad, ponte en contacto de inmediato con Carloandres y rápidamente resolveremos tu problema.